La incertidumbre inflacionaria en Estados Unidos registra su punto más alto desde la recesión económica de 1982.
Los datos dan cuenta de que los consumidores estadounidenses esperan que los precios aumenten a una tasa anual del 3,3% durante los próximos 5 a 10 años, la más alta desde la crisis financiera de 2008.
Tal cifra representa un incremento frente al 3,0% estimado en diciembre y al 2,3% registrado en el primer trimestre de 2020.
En el gráfico a continuación, elaborado por especialistas del boletín The Kobeissi Letter, el eje vertical muestra el nivel de incertidumbre, calculado como la diferencia entre los percentiles 75 y 25 de las expectativas de inflación.
En términos simples, refleja la variabilidad en las opiniones de los consumidores sobre la inflación futura. La línea negra representa la incertidumbre a un año, mientras que la roja ilustra la proyectada para un horizonte de 5 a 10 años
Como se ve en el gráfico, los “estadounidenses ahora prevén que los precios aumentarán un 3,3% en los próximos 12 meses, frente al 2,8% registrado en diciembre de 2024”.
Por su parte, los analistas de The Kobeissi Letter advierten que “la incertidumbre en torno a la trayectoria de la inflación durante los próximos 5 a 10 años ha alcanzado sus niveles más altos desde la década de 1980” y los niveles de este indicador son 3 veces mayor que el promedio previo a la pandemia del COVID-19.
Este indicador sirve para entender cómo las expectativas inflacionarias afectan la confianza de los consumidores y su conducta a la hora de hacer gastos o ahorrar dinero.
El próximo miércoles se publicará el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que mide las variaciones en los precios de bienes y servicios a lo largo del tiempo. Según las previsiones del mercado, se espera un aumento mensual del 0,2% en la inflación, lo que llevaría la tasa interanual al 2,9%.
El nuevo dato del IPC será clave para que la Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos, defina cuál será su política monetaria y si hará un nuevo recorte de la tasa de interés. Actualmente, gira en torno al 4,25% y 4,50%.
La decisión se dará a conocer el próximo 29 de enero y, a día de hoy, hay un 97% de probabilidades de que las tasas de interés se mantengan iguales. Así lo señala el sondeo de expectativas del CME FedWatch.
El 20 de enero será la asunción de Donald Trump como presidente de Estados Unidos y los mercados están a la expectativa para ver cuáles son los primeros movimientos que hará y cómo impactarán en la economía. Esto es importante porque las medidas podrían impactar en la decisión de la Fed de recortar o no la tasa de interés.
- Cuando la Fed reduce la tasa de interés, los costos de endeudamiento disminuyen y los inversionistas tienen incentivos para tomar préstamos y colocarlos en activos considerados de riesgo como acciones, Bitcoin (BTC) y criptomonedas, para obtener mejores retornos.
- Por el contrario, cuando la tasa de interés sube, los inversionistas buscan refugio en bonos del Tesoro, conocidos por ser una inversión segura.
Sin embargo, también hay que mencionar que en tiempos de incertidumbre económica otros deciden colocar su dinero en BTC como una alternativa antiinflacionaria en el mediano y largo plazo, que los activos tradicionales no ofrecen.
Su escasez inherente es lo que diferencia a la moneda creada por Satoshi Nakamoto del dinero fíat, que se devalúa constantemente por las decisiones políticas de un gobierno o de los bancos centrales.
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